Un análisis
interno consiste en la identificación y evaluación de los diferentes factores o
elementos que puedan existir dentro de una empresa.
Realizar un
análisis interno tiene como objetivo conocer los recursos y capacidades con los
que cuenta la empresa e identificar sus fortalezas y debilidades, y así
establecer objetivos en base a dichos recursos y capacidades, y formular
estrategias que le permitan potenciar o aprovechar dichas fortalezas, y reducir
o superar dichas debilidades.
Las empresas suelen
realizar un análisis interno junto con un análisis externo al momento de
realizar una plantación estratégica, o cuando necesitan realizar una
investigación que les permita encontrar la solución a un problema; sin embargo,
debido a la alta competencia de hoy, para que una empresa se mantenga
competitiva, lo recomendable es que realice esta tarea permanentemente.
Existen diversas formas de
realizar un análisis interno. Una forma común es haciendo uso de la herramienta
de la cadena de valor y otra es a través del siguiente proceso:
1. Determinar información a
recolectar
En primer lugar
determinamos la información sobre los diferentes factores o elementos que
puedan existir dentro de la empresa y que nos puedan dar una idea de los
recursos y capacidades con los que cuenta, así como de sus fortalezas y
debilidades y que, por tanto, vamos a recolectar.
2.
Determinar fuentes de información
Una vez que
hemos determinado la información que vamos a recolectar, procedemos a
determinar las fuentes de donde vamos a obtener dicha información.
Algunos
ejemplos de fuentes de información para un análisis interno son los estados
financieros, los resultados de auditorías o investigaciones anteriores, las
publicaciones internas, los informes o reportes, y los propios trabajadores de
la empresa.
3.
Recolección de información
Una vez que
hemos determinado las fuentes de información a las que acudiremos, procedemos a
realizar la tarea de recolectar la información; por ejemplo, procedemos a
revisar los estados financieros, a elaborar ratios financieros, a leer los
informes o reportes, a entrevistar a nuestros trabajadores.
Al hacer un
análisis interno lo recomendable es hacer participar a la mayor cantidad de
miembros de la empresa posible; por lo menos, en lo que respecta a esta etapa
de recolección de información, ya que ello nos permitirá lograr que entiendan
mejor el funcionamiento de sus áreas y la relación de éstas con las demás, y
que se sientan comprometidos con la empresa.
4.
Evaluación de información
Una vez que
hemos recolectado la información requerida, procedemos a evaluarla con el fin
de conocer los recursos y las reales capacidades de la empresa, así como
identificar sus principales fortalezas y debilidades.
Las
fortalezas les permiten a la empresa tener un alto nivel de competitividad,
mientras que las debilidades perjudican el logro de los objetivos.
Algunos ejemplos de fortalezas y debilidades
que podríamos identificar son:
En el área administrativa:
Fortalezas:
- Ø
objetivos claros y mensurables.
- Ø
adecuada estructura organizacional.
- Ø
buen sistema de comunicación.
Debilidades:
- Ø
falta de planificación.
- Ø
descripción de funciones poco clara.
- Ø
falta de medidas de control adecuadas.
En el área de marketing:
Fortalezas:
- Ø
imagen positiva ante los consumidores.
- Ø
buena atención al cliente.
- Ø
estrategias de promoción y publicidad eficaces.
Debilidades:
- Ø
falta de investigaciones de mercados.
- Ø
deficientes canales de distribución.
- Ø
incapacidad para innovar.